La CGT elegirá su nueva conducción durante el congreso de Parque Norte.
El congreso de la CGT previsto para este jueves está casi listo. Ya nadie discute que es una conducción colegiada, por estos días lo que se debate es si serán tres o cuatro los cosecretarios generales.
Hasta la semana pasada en la CGT nadie dudaba de que el triunvirato, como formato de conducción continuaba. Es más, en los mentideros sindicales se comentaba que ya estaba definido que Gordos e Independientes tendrán una de las cosecretarías y el nombre definido es el de Héctor Daer de sanidad. Los grandes gremios de transporte impusieron un espacio y lo destinaron, negociación mediante, al gremio de Camioneros. El nombre es el de Pablo Moyano. Los sindicatos de la industria avisaron que deben ocupar el tercer lugar del triunvirato y Antonio Caló, el líder de la UOM suena con insistencia para ese puesto.
Hasta ahí todo iba viento en popa, pero reapareció el gastronómico Luis Barrionuevo reclamando un lugar. Hasta ahora, el barrionuevismo ocupaba un puesto en el triunvirato a través de Carlos Acuña. El casi es que en estos años, los gremios que seguían a Barrionuevo fueron migrando y eso debilitó al gastronómico que, dicho sea de paso, atraviesa algunos problemas internos (cuasi familiares) con la conducción del sindicato. Ante ello, Barrionuevo movió el avispero y salió a reclamar la continuidad de su sector en la conducción. De ahí que se hable de cuatro cosecretarios. Este martes los gremios de la industrias se reunieron en la mismísima sede de la CGT para reafirmar que serán parte de la conducción y que lo quieren a Caló. Mensajes con destinatarios múltiples que muestran que nada está totalmente definido aún.
Las secretarías inamovibles
La otra discusión sin saldar es la distribución de las secretarías. Es bien cierto que hay algunas que tienen el nombre y apellido de su titular grabado a fuego. Una de ellas es la de Relaciones Internacionales que siempre será de Gerardo Martínez (Uocra) o la de Acción Social que nadie duda que es de José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Incluso está la de Educación donde está anotado Sergio Romero de UDA.
Entre las que se debe definir la continuidad o no es la secretaría adjunta, hoy en manos de Andrés Rodríguez de UPCN. El estatal pelea por continuar en ella. Tiene posibilidades, salvo que la discusión entre los grandes por las sillas de la secretaría general lo perjudique si se decide que ese puesto será para el que quedó fuera del triunvirato.
Hay otras secretarías estratégicas como la de Finanzas que supo estar bajo el mando de Abel Frutos. El titular de panaderos falleció. Si bien su hijo está a cargo del gremio es muy poco probable que le cedan esa secretaría. Luego están la Gremial y la de Interior. Dos espacios que son muy interesantes para construir poder dentro del universo sindical. Esos puestos están siendo disputados. En su momento la Gremial fue de Camioneros y la Interior de la UOM. Es posible que los mismos gremios no ocupen esos curules pero sí algun dirigente gremial aliado a Camioneros o a la UOM.
Los nuevos nombres
Si bien muchos nombres, la mayoría corresponden a varones, se repetirán, lo cierto es que hay algunos nuevos que comienzan a sonar para integrar el consejo directivo. Están los que provienen del Núcleo del MTA, el piloto Pablo Biró y el titular del sindicato de televisión, Horacio Arreceygor. Por el Moviemiento de Acción Sindical Argentino (MASA), suenan el legislativo Norberto Di Próspero y Guillermo Moser de Luz y Fuerza. También se dice que ocuparán alguna secretaría dos hombres de la Corriente Federal de los Trabajadores, Héctor Amichetti de gráficos y Walter Correa de curtidores.
Ahora bien, hasta ahora un altísimo porcentaje de los nombres que pueblan las listas de miembros del consejo directivo que recorren los mentideros gremiales pertenecen a varones. La deconstrucción que pregona la CGT se limitará, al menos por ahora, a compañeras que serán cotitulares de las secretarías. Los cargos importantes y estratégicos continuarán siendo ocupados por varones. La paridad de género es, en rigor, una disputa dentro de la central obrera que recién comienza.