» ENCAMINADOS, SALIMOS DEL PASTO»
EDITORIAL Por Sergio Javier Stadius.
La decisión de formalizar el gasoducto, -un hecho trascendente que cambia la ecuación energética del País-,abre en los que la saben ver, la epicrisis a la discusión acerca de la confluencia del sector público con el sector privado industrial que en los países llamados “del primer mundo”, hace décadas que ha sido metabolizada.
Así en Francia, España o Italia , como ejemplo ,fue el camino estratégico de la Red Transeuropea de Ferrocarril, y lo señalado por el sociólogo británico Thomas H. Marshall quien describió “el estado de bienestar moderno” como una combinación distintiva de democracia, bienestar social y capitalismo . Y qué decir de los países escandinavos en donde coexisten empresas privadas líderes en sus industrias con un estado grande y eficiente. ¿Podría el Perú aprender algo de los países nórdicos que pueda ayudarlo a forjar una mayor inclusión social? Sí. La clave es contar con un Estado fuerte y un sector privado comprometido con la inclusión social, ambos capaces de cooperar e intercambiar roles cuando sea necesario . In péctore, serán definiciones que esperamos en Argentina se irán clareando con el tiempo.
Lo cierto es que , entre la gestión y la campaña, esta gran obra de infraestructura se materializó en pocos meses y en su promoción se alineó a gran parte de la dirigencia política y sindical . Hechos bien transmitidos en el discurso de la vicepresidente Cristina Kirchner , como ejemplo de que se pudieron superar las diferencias explícitas de estos tres años y medio en la presidencia de Alberto Fernández, y que las corrientes de opinión que dieron génesis a su candidatura (con Agustin Rossi englobado en la alineación kirchnerista) ven a un eventual gobierno de Sergio Massa como un segundo tiempo de la misma gestión.
Entre las palabras que la lidereza del espacio de Unión por la Patria. Cristina Kirchner expresó junto a Sergio Massa, durante el primer acto de campaña en el aeroparque , recordamos aquella frase en la que pidió a la militancia que haga «comprensión de contexto» para «mirar a la sociedad y el momento político nacional e internacional el que se halla entramado el país : la pos pandemia, la guerra y sobre todo el cambio climático en el mundo todo, en donde los recursos energéticos y alimentarios serán/son la nueva economía de cambio.
No existe una APP que mágicamente nivele la vieja lucha de “la política” contra el poder corporativo. Diluir esta agenda de extrema derecha que hoy señorea en la superficie discursiva de algunos candidatos, con la eliminación de subsidios y derechos a los trabajadores, a los jubilados, a las mujeres y a las diversidades sexuales, no solo desde la oposición al gobierno nacional, sino en gobiernos vecinos que entraman el mismo extravío conservador en tablero regional del Mercosur como en Uruguay y Ecuador, para seguir citando ejemplos, en donde la tónica de los ‘influencers ‘ pueden impresionar a un grupo grande de sus numerosos seguidores en redes, con un discurso muy, muy lejano a las grandes mayorías. Y que , con la ayuda de teleperiodistas de poderosos nodos informativos , han terminado siendo una especie de ‘antiguía’ política con nóveles economistas . Mo vamos a nombrarlos-pero sabemos de quien hablamos .
Entre las “costumbres argentinas” persiste una derecha histórica tiende a girar hacia la constitución de partidos, movimientos y creación de ‘outsiders‘ que, mientras más ínfulas ostentan más se equivocan con la economía de la gente. Una derrota cultural que nos llevaría, indudablemente, a “un sendero descendente” de todo lo logrado en la batalla por el crecimiento económico , la igualdad de oportunidades y la inclusión , por sobre el techo que determina los altos niveles de pobreza y la indigencia en la ciudadanía argentina.
Faltará seguramente construír una mesa de decisiones políticas “de carne y hueso” , con dirigentes, sindicalistas , lideres de opinión y también representantes de la distintas confesiones religiosas, entre otros, que expresen su opinión sobre qué rumbo será la estrella que pueda sostenernos en un crecimiento económico , y repotenciar el papel del Estado. Ubicarse en los sectores empobrecidos para hacer política organizativa y puenteando una narrativa clasista y “dolarcéntrica’ para legitimar este futuro .