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ULTIMO MOMENTO // GUERRA EN EUROPA: Vladimir Putin aprueba la doctrina que avala el uso de armas nucleares rusas ante un ataque ucraniano con misiles

 

19 DE NOVIEMBRE DE 2024.– /// Fuentes : (SIC)-EL MUNDO On Line .-  REUTERS / Agencia  Anadolu Ajansı 7 EuroNews- CNN en Español.- 

lMOSCÚ- El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó este martes un decreto que aprueba la doctrina nuclear actualizada de Moscú. Según el documento, publicado en el portal web del Gobierno, la agresión contra Rusia y sus aliados por parte de un país no nuclear con el apoyo de un Estado nuclear se considerará un ataque conjunto. Además, Rusia puede usar armas nucleares en caso de amenaza crítica para su soberanía e integridad territorial, así como para su Estado aliado, Bielorrusia.

La doctrina revisada también incluye una lista de oponentes contra los que se está implementando la disuasión nuclear y las condiciones para su uso, incluido el lanzamiento de misiles balísticos contra el territorio ruso..-

La reacción de Rusia a la autorización de EE.UU. a Ucrania para usar misiles de largo alcance

El ‘escenario atómico’ del Kremlin incluye el ataque que prepara Kiev con proyectiles ATACMS de EEUU.

Si un Estado proporciona su territorio y recursos para la agresión contra Rusia, es la base para la disuasión nuclear de dicho estado, sugiere la doctrina actualizada.

Putin anunció los cambios en su discurso en la conferencia permanente bianual sobre disuasión nuclear el 25 de septiembre, donde enfatizó la urgencia de revisar el documento que, antes de las revisiones actuales, designaba el uso de fuerzas nucleares como un “último recurso” para salvaguardar la soberanía de la nación Según el documento, la agresión contra Rusia y sus aliados por parte de un país no nuclear con el apoyo de un Estado nuclear se considerará un ataque conjunto.

Putin firma un decreto que aprueba la doctrina nuclear actualizada de Moscú
Putin firma un decreto que aprueba la doctrina nuclear actualizada de Moscú Archivo. (Oficina de prensa del Kremlin)

El Kremlin ha reaccionado a la decisión de EEUU de permitir a Ucrania atacar en suelo ruso con misiles norteamericanos advirtiendo de que esta medida avivará el conflicto. «Si tal decisión realmente se formuló, entonces se trata de una escalada de tensión cualitativamente nueva desde el punto de vista de la participación de Estados Unidos», dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. La partitura rusa de ese ‘crescendo’ está escrita desde octubre, después de que Vladimir Putin anunciase que planeaba reducir el umbral para el uso de armas nucleares. Y así lo ha hecho aprobando hoy una doctrina que permite una respuesta nuclear a un ataque convencional.

Teóricamente, los ataques con misiles en la región rusa de Kursk que Kiev está preparando ahora mismo ya son razón suficiente, según Rusia, para contestar con armas nucleares.

Hasta este verano la doctrina actual de Moscú decía que la disuasión nuclear rusa está dirigida principalmente contra países y alianzas que tienen armas atómicas. El contraataque en Kursk de Ucrania -un país que entregó sus armas nucleares en los noventa- con armamento cedido por Occidente cambió el panorama de amenazas para Rusia de manera radical. O al menos eso quiere hacer ver Moscú.

 

Mapa De Ucrania Y Rusia. Guerra. Zoom En El Mapa Mundial De Imágenes De  Vídeo De 4k. Gráficos De Movimiento Almacen De Video - Vídeo de ciudad,  donetsk: 265139233

En el verano de 2022, Estados Unidos entregó a Ucrania los primeros lanzacohetes HIMARS, aunque sólo en 2023 dio los anhelados modelos ATACMS con 300 kilómetros de alcance que Ucrania usó con éxito en Crimea (destruyó nueve helicópteros en tos ataques en octubre) aunque con la prohibición de usarlos en territorio ruso. Pero es allí donde están los aeródromos, los depósitos de municiones y los puestos de mando utilizados para aniquilar civiles ucranianos día a día -10 cadáveres tirados por las calles ayer en Odesa- y destruir las capacidades energéticas del país a las puertas del invierno.

Ahora Ucrania podrá combatir la ‘guadaña diaria’ de Putin antes de que asome por la frontera cada noche, pero el portavoz del presidente ruso denunció que es la administración saliente en Washington la que está tomando medidas para «seguir echando leña al fuego y seguir provocando tensión en torno a este conflicto». Putin ya amenazó en septiembre: esta medida significaría «la participación directa de los miembros de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos en la guerra de Ucrania», porque la infraestructura y el personal militar de la OTAN tendrían que participar en la orientación y el lanzamiento de estos misiles, que dependen mucho de información de inteligencia de EEUU para la selección de objetivos.

Sin embargo, el líder ruso no especificó entonces cómo responderían exactamente las autoridades rusas a ataques de la OTAN en territorio ruso. Lo más detallado al respeto es precisamente la doctrina nuclear rusa, cuyo cambio más relevante en 2024 es que responsabiliza a terceros países —como EEUU— que respalden ataques convencionales contra Rusia, aunque no sean ellos —sino Ucrania— quienes lleven a cabo los ataques. Asimismo, Moscú se muestra dispuesto a usar armas nucleares ante ataques convencionales: no sólo si comprometen la existencia de Rusia, como se señalaba antes, sino si simplemente dañan su soberanía.

Como han señalado expertos como Michael Kofman, Anya Lukyanova y Jeffrey Edmonds, esta sucesión de doctrinas nucleares rusas está diseñada principalmente para que la lea un enemigo potencial. Como en una partida de cartas, las caras de los jugadores ocultan más de lo que quieren decir. La incertidumbre que rodea el uso de armas nucleares siempre es enorme. Los expertos coinciden en que si los rusos deciden utilizar armas nucleares tácticas (de menor tamaño), es casi seguro que la OTAN lo sabría de antemano porque necesitan ser transportadas y están todas bajo vigilancia con satélites y espías. Y Moscú no tiene ningún incentivo para ocultar estos preparativos.

EEUU puede infligir un daño devastador a Rusia utilizando medios convencionales e imponerse con armas de precisión. En cambio, en los planteamientos del ejército ruso las armas nucleares juegan un papel más importante: principalmente se contempla su impacto psicológico en el enemigo. Por eso Moscú lleva a cabo más gesticulación nuclear que Washington.

Ahora la pelota está, teóricamente, en el tejado de Rusia: un país todavía más vulnerable a la pólvora que al átomo. Desde principios de este siglo el principal temor militar del Kremlin es una campaña aérea prolongada que podría paralizar a las fuerzas armadas rusas y causar daños irreparables a la infraestructura crítica del país. Como en un choque convencional perdería, Rusia podría ‘escalar’ hasta un escenario nuclear. Algunos expertos —igual que algunas voces del régimen de Putin— se inclinan por la opción de un ‘ataque demostrativo’ en una zona desierta. El objetivo: asustar a algunos países de la OTAN. La razón para hacerlo así: sería difícil encontrar objetivos adecuados en el campo de operaciones ucraniano. En la guerra actual no hay acumulaciones de fuerzas a gran escala, más propias de las guerras del siglo XX.

La amenaza rusa es vista con especial inquietud en los socios de la OTAN que lindan con Rusia, pero la faceta nuclear no es la que más preocupa. Hanno Pevkur, ministro de Defensa de Estonia, cree que las gesticulaciones nucleares de Moscú no marcan un antes y un después: «No veo que haya un gran cambio. Hemos visto a lo largo de los años que Rusia ha amenazado a Occidente con el uso de armas nucleares, pero también entendemos que no es tan fácil hacerlo como decirlo. Por eso creo que tenemos que actuar como lo hemos hecho hasta ahora, sin cambiar nuestro enfoque hacia Ucrania», explicaba en una conversación con EL MUNDO el mes pasado en Tallin. Al fin y al cabo, Putin considera que Crimea es una parte inalienable de Rusia y, sin embargo, no hizo nada en respuesta a los ataques de los ATACMS en su codiciada península ucraniana, ocupada en 2014.

 

RALEIGH, NORTH CAROLINA - NOVEMBER 04: Republican presidential nominee, former U.S. President Donald Trump takes the stage during a campaign rally at the J.S. Dorton Arena on November 04, 2024 in Raleigh, North Carolina. With one day left before the general election, Trump is campaigning for re-election in the battleground states of North Carolina, Pennsylvania and Michigan. (Photo by Chip Somodevilla/Getty Images)

La administración saliente en Washington la que está tomando medidas para «seguir echando leña al fuego y seguir provocando tensión en torno a este conflicto». Putin ya amenazó en septiembre: esta medida significaría «la participación directa de los miembros de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos en la guerra de Ucrania», porque la infraestructura y el personal militar de la OTAN tendrían que participar en la orientación y el lanzamiento de estos misiles, que dependen mucho de información de inteligencia de EEUU para la selección de objetivos.

Sin embargo, el líder ruso no especificó entonces cómo responderían exactamente las autoridades rusas a ataques de la OTAN en territorio ruso. Lo más detallado al respeto es precisamente la doctrina nuclear rusa, cuyo cambio más relevante en 2024 es que responsabiliza a terceros países —como EEUU— que respalden ataques convencionales contra Rusia, aunque no sean ellos —sino Ucrania— quienes lleven a cabo los ataques. Asimismo, Moscú se muestra dispuesto a usar armas nucleares ante ataques convencionales: no sólo si comprometen la existencia de Rusia, como se señalaba antes, sino si simplemente dañan su soberanía.

Como han señalado expertos como Michael Kofman, Anya Lukyanova y Jeffrey Edmonds, esta sucesión de doctrinas nucleares rusas está diseñada principalmente para que la lea un enemigo potencial. Como en una partida de cartas, las caras de los jugadores ocultan más de lo que quieren decir. La incertidumbre que rodea el uso de armas nucleares siempre es enorme. Los expertos coinciden en que si los rusos deciden utilizar armas nucleares tácticas (de menor tamaño), es casi seguro que la OTAN lo sabría de antemano porque necesitan ser transportadas y están todas bajo vigilancia con satélites y espías. Y Moscú no tiene ningún incentivo para ocultar estos preparativos.

EEUU puede infligir un daño devastador a Rusia utilizando medios convencionales e imponerse con armas de precisión. En cambio, en los planteamientos del ejército ruso las armas nucleares juegan un papel más importante: principalmente se contempla su impacto psicológico en el enemigo. Por eso Moscú lleva a cabo más gesticulación nuclear que Washington.

Ahora la pelota está, teóricamente, en el tejado de Rusia: un país todavía más vulnerable a la pólvora que al átomo. Desde principios de este siglo el principal temor militar del Kremlin es una campaña aérea prolongada que podría paralizar a las fuerzas armadas rusas y causar daños irreparables a la infraestructura crítica del país. Como en un choque convencional perdería, Rusia podría ‘escalar’ hasta un escenario nuclear. Algunos expertos —igual que algunas voces del régimen de Putin— se inclinan por la opción de un ‘ataque demostrativo’ en una zona desierta. El objetivo: asustar a algunos países de la OTAN. La razón para hacerlo así: sería difícil encontrar objetivos adecuados en el campo de operaciones ucraniano. En la guerra actual no hay acumulaciones de fuerzas a gran escala, más propias de las guerras del siglo XX.

La amenaza rusa es vista con especial inquietud en los socios de la OTAN que lindan con Rusia, pero la faceta nuclear no es la que más preocupa. Hanno Pevkur, ministro de Defensa de Estonia, cree que las gesticulaciones nucleares de Moscú no marcan un antes y un después: «No veo que haya un gran cambio. Hemos visto a lo largo de los años que Rusia ha amenazado a Occidente con el uso de armas nucleares, pero también entendemos que no es tan fácil hacerlo como decirlo. Por eso creo que tenemos que actuar como lo hemos hecho hasta ahora, sin cambiar nuestro enfoque hacia Ucrania», explicaba en una conversación con EL MUNDO el mes pasado en Tallin. Al fin y al cabo, Putin considera que Crimea es una parte inalienable de Rusia y, sin embargo, no hizo nada en respuesta a los ataques de los ATACMS en su codiciada península ucraniana, ocupada en 2014.

RÁFAGAS DE ADVERTENCIAS
Desde que lanzó su invasión en febrero de 2022, Putin ha usado su arsenal nuclear para asustar a Occidente y contener su participación en una guerra en la que Ucrania lucha con armas proporcionadas por una coalición occidental. Un estudio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de principios de este año encontró más de 200 casos de dirigentes rusos que hicieron referencia a armas nucleares en el contexto de la guerra en Ucrania. En mayo Rusia difundió imágenes que mostraban a tropas realizando ejercicios de uso de armas nucleares tácticas.

¿Por qué Joe Biden ha dado ahora el paso? Fuentes citadas en la información de Reuters y The New York Times presentan la medida como una respuesta a la llegada de soldados norcoreanos a la región rusa de Kursk para ayudar a repeler una incursión ucraniana. Tras conocerse el anuncio, voces del régimen ruso se debatieron una vez más entre señalar lo peligroso del paso adelante de EEUU y al mismo tiempo insistir en que no servirá para nada. Vladimir Dzhabarov, vicepresidente del Comité de Asuntos Internacionales del Consejo de la Federación (el senado ruso) dijo a la agencia rusa TASS que Joe Biden está «esencialmente reduciendo el grado de libertad de Donald Trump… El golpe [ruso] de represalia será así: todos los centros de toma de decisiones en Ucrania y todos los puentes sobre el Dnieper podrían ser demolidos». El senador alertó de que «éste es un gran paso hacia el inicio de la Tercera Guerra Mundial».

Un funcionario ruso cercano al Kremlin que habló con Reuters bajo condición de anonimato apuntó que la medida estadounidense, de confirmarse, sería extremadamente provocadora para tratarse de una administración saliente, pero que no cambiaría el resultado de la guerra.

El debate sobre la amenaza del uso de armas nucleares por parte de Rusia volverá al primer plano cada vez que Ucrania trate de convencer a sus socios de que le permitan usar misiles occidentales contra objetivos situados en el interior de Rusia. Si ahora tiene permiso sólo para atacar en Kursk, los rusos puede esconder parte de sus efectivos en la región vecina de Briansk. Ucrania querrá golpear allí también. Y Moscú volverá a agitar el fantasma nuclear para que Occidente dude una vez más.

Sergio Stadius

Periodista en Gremios, Política. y Medios UBA - Ex jefe de Prensa del IRAM. Director Hurlingham en Movimiento y de Revista Líder.

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